El espejismo del quiebre: Venezuela frente al abismo que no se abre
Los altos mandos ya no son militares, son sobrevivientes. Acumularon poder y riqueza en el mismo proceso en que perforaron su propio destino: quienes llevan sobre los hombros crímenes que no prescriben saben que la salida del poder no es una jubilación, sino una sentencia. Y lo saben también sus familias.
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