Antes de entrar en este análisis, y debido a los ataques personales que he recibido, lo primero que debo puntualizar es lo siguiente:

  1. Considero al Narcotráfico un crimen de Lesa Humanidad.
  • Soy el primer venezolano que denunció a nivel nacional e internacional la existencia de un Narcoestado; un régimen incurso en terrorismo de Estado y crímenes de Lesa Humanidad. 


  • He escrito la primera doctrina y literatura sobre Lesa Humanidad y Terrorismo de Estado en Venezuela.
  • He defendido como representante legal en las cortes nacionales e internacionales a víctimas de crímenes de Lesa Humanidad y Terrorismo de Estado. 


  • Soy el primer venezolano que diseñó y promovió una estrategia exclusivamente dirigida a solucionar el problema del Narcoestado y la presentó formalmente a autoridades nacionales e internacionales.


  • Soy el primer venezolano que exigió nacional e internacionalmente desconocer la legitimidad del régimen por ser un cartel de droga. 


  • Nunca he hecho política o emitido opiniones de carácter político movido por fines personales, mucho menos por razones de interés económico. Jamás he recibido un centavo, ni pretendo hacerlo, por la lucha que durante 25 años le he dedicado a la libertad de Venezuela. 
  • No soy miembro ni afín a ningún partido u  ONG, de ninguna naturaleza. 

Aclarado dichos puntos, ahora paso a analizar el asunto que motivó este escrito: el lanzamiento en aguas internacionales por parte del gobierno de EEUU de un misil «AGM 114 Hellfire» que explotó en una lancha, tipo peñero motorizado, y voló en pedazos a la embarcación y a las once personas que iban en ella (y que no se ven todas en el video). El argumento para hacerlo es la lucha contra los narco carteles y el alegato de que la lancha iba cargada de droga.

Ocurrido el suceso, escribí en mis redes sociales la siguiente opinión:

El comentario generó en lo inmediato un volcán de pasiones, donde he sido atacado  (para variar), con los epítetos más venenosos y patéticos que puedan recibirse, incluyendo asuntos personales delicados. Algunos de estos ataques han venido de seguidores con los que inclusive he tenido gestos de amistad y cariño en el pasado:


Aunque comprendo que las emociones están a flor de piel en Venezuela, por razones harto evidentes y justificadas, este tipo de explosiones revela un aspecto humano y sociopolítico que merece estudios psicológicos profesionales y por tanto no creo que sea yo la persona indicada para hacerlos, ya que no soy psicólogo ni psiquiatra. 

Comprendo que todos los venezolanos no chavistas ni “enchufados” deseamos un mejor país y estamos desesperados por una solución a la tragedia que sufrimos como colectivo. 

Comprendo también que, ¡POR FIN!, muchos han entendido que los elementos necesarios para abordar el problema requieren de la colaboración internacional y del uso legítimo de la fuerza. Y entiendo que si el presidente Trump y su gobierno han desplegado flotas, submarinos, drones y marines cerca de nuestras costas, exista el deseo de que esa constituya la ayuda que necesitamos. Este anhelo es válido y, obvio, comprensible desde todo punto de vista.

Mas, para que una lucha tenga sentido y sea exitosa debe cumplir ciertos parámetros esenciales en el plano de los valores humanos, la legitimidad, la inteligencia y las circunstancias contextuales: históricas, políticas, legales y estratégicas. 

Lo primero que ha de entenderse es que si la lucha se emprende violando estos principios, es seguro que no terminará bien, y en lugar de solucionar el problema, creará muchos nuevos y empeorará la realidad que se quiere cambiar, haciendo más difícil y hasta imposible su resolución.

El ataque al peñero motorizado, presuntamente narco, viola principios elementales de derechos humanos, derecho internacional, derecho de los mares, y también la legislación estadounidense y de cualquier país que tenga como bases de su derecho la ética, la lógica y la justicia. 


@noticiastelemundo

📌 Actualización | Venezuela responde al ataque «letal» contra un bote en el Caribe: dicen que se trata de “un video con IA”.

♬ sonido original – Noticias Telemundo – Noticias Telemundo

Empecemos por el peñero motorizado, y lo haré dirigiéndome a ti, apreciado lector. Imagina por un momento lo siguiente:

.  Tu hijo es adicto a las drogas, tiene muchos años padeciendo esa enfermedad, y un cartel le dice que para seguirle suministrando polvo, debe transportar un cargamento pequeño de X a Y. Tu hijo, que se fue de tu casa hace años y no quiere nada contigo, adicto como está y desesperado, acepta el trato y se monta en la lancha.

  • A tu hermano, que fue secuestrado por el cartel, le obligan a montarse en el peñero para que sirva de apoyo en la operación.
  • Una amiga embarazada de tu vecina tiene problemas financieros muy graves, y en un acto de locura, acepta colaborar con unos tipos que le convencieron para que llevara en una lancha unos paquetes de droga del destino X al destino Y. 


  • Los conflictos bélicos también deben seguir protocolos, por eso existen los crímenes de guerra y los tribunales para juzgarlos. 
  • Ninguna persona, por más aliada tuya que sea, debe tener el poder de decidir sobre la vida y la muerte de los seres humanos, en especial cuando las acciones no se están cometiendo dentro de su jurisdicción competente, ni responden a una amenaza directa y proporcional. El abuso de poder debe ser condenado como principio fundamental, venga de donde venga. 

La lancha arranca rumbo a un destino incierto, y está navegando a más de dos mil kilómetros de las costas estadounidenses, cuando del cielo cae un misil y mata a todos los tripulantes y pasajeros de la embarcación, incluyendo a tu hijo, a tu hermano y/o a la amiga embarazada de tu vecina. 

Entonces preguntas qué pasó allí y te responden que te calles la boca y aceptes lo que hizo el gobierno por un asunto de interés nacional. Vuelves a preguntar y te dicen que no seas imbécil y que entiendas que la droga es un mal terrible y que a “esos narcos” hay que borrarlos de la faz de la tierra. Tú obvio que estás de acuerdo que la droga mata, que los carteles son asesinos y que la lucha contra ellos es una guerra sin cuartel. Y entonces preguntas: 

. ¿Iban en esa lancha los jefes del cartel o sus comandantes principales, o unos pobres infelices muy lejos de ser terroristas, que buscan sobrevivir de manera errada y penal (o, peor, unos inocentes obligados por esos infelices)?

  • ¿Tiene alguna proporción lógica y aceptable que un misil, que provoca la muerte segura, ataque a un peñero motorizado que no carga armas de fuego, en medio de aguas internacionales donde EEUU no tiene jurisdicción y provoque la muerte de once personas de las que no se sabe nada de sus vidas e identidades, salvo que se presume que son narcotraficantes? ¿Cuánta droga puede llevar un peñero que carga encima a once personas, incluyendo el combustible de la embarcación?
  • ¿Puede un delito cuya pena no pasa de los cinco años de cárcel ser sentenciado con la pena de muerte de ejecución inmediata, sin debido proceso, sin derecho a la defensa, sin indagar en sus circunstancias concretas, sin saber nada sobre las vidas de los sentenciados, sin presentar una sola prueba más allá de la palabra de los ejecutores?
  • ¿Puede una sola persona tener el poder de tomar la decisión de realizar un ataque de esa naturaleza, sin mayor justificación que su poder (no capacidad legal) para hacerlo?
  • ¿Para ti es suficiente la palabra del que disparó el misil? ¿Y si los que iban en ese peñero eran unos venezolanos desesperados, huyendo de Venezuela? ¿Has visto las fotos de las drogas que llevaban? ¿Has visto las identidades de los muertos? ¿Sabes en realidad lo que pasó allí? ¿Cuánta droga puede llevarse en un peñero? ¿Tienes una sola evidencia en tu mano que avale que la palabra oficial es la verdad incuestionable?


  • ¿Aceptarías esta clase de acciones si fuera tu enemigo quien las realizara, usando los mismos argumentos que los utilizados en este caso por el gobierno de USA?
  • Imagina por un segundo que X es el presidente de USA y que X se volvió loco y tiene a unos enemigos personales que desea eliminar: ej. Unos contratistas que compiten por una licitación que la familia de X desea ganar. Entonces X manda a secuestrarlos y a montarlos en una lancha, que la ponen a navegar en aguas internacionales. X se inventa que son narcos y le lanza un misil. Entonces te dice que lo hizo por la seguridad nacional y que tiene el poder de hacerlo. ¿No necesitas algo más que la palabra de la persona que ordenó el disparo del misil? ¿Deseas vivir en un mundo donde un supuesto así sea posible dada la falta de interés en que exista un mínimo de debido proceso implícito?
  • ¿Vale la pena “ganar” una guerra si para hacerlo se violan todos los principios existentes que sustentan los derechos humanos, el derecho internacional, el derecho nacional y el derecho aplicable a las guerras? ¿Crees que se puede ganar una guerra en la actualidad a partir de posibles engaños (que se pueden presumir cuando no existen pruebas en contrario) y cuando los objetivos militares son imprecisos, cuestionables y sin ninguna evidencia de ser enemigo, más allá de las presunciones, especulaciones y vocería oficial? 





  1. ¿Se soluciona el problema en Venezuela con una guerra de guerrillas tipo Vietnam? Porque parece que muchos olvidan lo siguiente: 

a) Hay millones de colectivos armados hasta los dientes con armas de guerra, bien entrenados y dispuestos a dispararle al pueblo venezolano a diestra y siniestra; 

b) Hay comandos del ELN y de las FARC en ¾ partes de un territorio nacional con más de un millón de kilómetros cuadrados;

c) Las FFAA son parte del problema. No es cierto que el 80% esté con «el pueblo». Desde los mandos medio bajos, hasta todo el alto mando están comprometidos con «la revolución» y entrenados, durante 25 años, para dispararle al pueblo venezolano. Prueba irrefutable de esto son, entre muchos otros ejemplos: la entrega del territorio nacional (hace seis años tenía cierta esperanza en ellos, pero ya no), su ocupación por todo tipo de mafias, la masacre de Óscar Pérez (QEPD), el ataque a los estudiantes, los infinitos llamados frustrados a que se unan a la libertad (salvo los pocos soldados que atendieron el llamado del sujeto que lideró el «interinato», solo para dejarlos abandonados a su suerte, sin techo ni comida, en la frontera colombiana), permitir fraudes electorales reiterados, etc.







d) La invasión militar estadounidense implicaría una ola inmensa de condena internacional, que haría imposible la gobernanza legítima. Y eso sin contar que Rusia, China, Irán y Corea del Norte no se quedarían de brazos cruzados. ¿Estás preparado para una guerra tipo Vietnam (guerra de guerrillas en urbes, ríos y mares, selva y montaña)?






e) Absurdo hablar de «extracciones quirúrgicas» (hace seis años todavía había cierto margen para esto; ya no), cuando todo el sistema desde la cabeza a los pies debe ser desarticulado. Se murió Chávez y el sistema permaneció intacto. Hay que «extraer» a todos los poderes: ejecutivo, legislativo, judicial, electoral, militar, etc.; a los millones de milicianos, a los infiltrados y a todos los movimientos insurgentes: las FARC, el ELN, fundamentalismo islámico, ETA, Hezbolá e Isis.




¿Existe alguien que pueda pensar que esto se logra con «extracciones quirúrgicas» (hace seis años el contexto geopolítico, internacional e interno era otro)? ¿Alguien recuerda acaso el desastre que fue la reciente intervención de EEUU en Irak, en Afganistán, en Libia, entre otros? ¿Por qué el gobierno legítimo en el exilio no se encarga de organizar las acciones, de modo que no se trate de intervenciones extranjeras, sino de acciones legales de un gobierno legítimo? ¿Nadie se pregunta eso?


  • ¿Estás consciente que hacer una invasión de esa naturaleza ilegitima, de hecho y de derecho, la posibilidad de sustituir al régimen actual y, por el contrario, lo fortalecería mucho más; pero no sin antes haber dejado en el camino millones de muertos, toda la infraestructura energética (incluyendo los pozos petroleros, refinerías y estaciones de servicio)y de telecomunicaciones destruida, todos los comercios incendiados, las viviendas pulverizadas u ocupadas por invasores de todo tipo, las vías de comunicación (calles, carreteras, autopistas, puertos marítimos y aeropuertos) hechos cenizas?
  • ¿No te parece que si USA hace ataques ilegítimos, ilegales y cuestionables desde el punto de vista de los valores humanos y del Derecho, eso en lugar de debilitar, fortalece al Narcorégimen, dándole argumentos de peso para legitimarse frente al mundo y frente a sus adeptos?
  • ¿No crees que hubiera sido mucho más efectivo incautar la droga y mostrarla como evidencia del tráfico que se lleva a cabo desde Venezuela?
  • La embarcación ni siquiera tenía bandera… ¿cómo puede ser creíble para el mundo que venía de Venezuela (se sabe por testimonio de familiares de los lancheros, pero no por evidencias formales) y/o de carteles ligados al régimen si esta afirmación no se demuestra con evidencias irrefutables? ¿Conviene que se pierda credibilidad legal y moral en una lucha tan delicada como esta para el destino de Venezuela? ¿No hubiera sido mejor mostrar a los sujetos que iban en esa lancha y evidenciar su procedencia y objetivos? ¿No le da esta falta de cumplimiento en la presentación de evidencias más fuerza al régimen para sustentar su tesis de que existe un complot y que el asunto del narcotráfico es una patraña?



Pero esta solución no se ha contemplado con seriedad por parte de quienes tienen el poder de ejecutarla. La pregunta es: ¿por qué? Insisto: ¿Qué hace que teniendo un gobierno legítimo en el exilio, este no sea el que organice legal, policial y estratégicamente la liberación de Venezuela?














1. Derecho Internacional: según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), las aguas internacionales están fuera de la jurisdicción de cualquier Estado, y los buques civiles gozan de libertad de navegación. Atacar una lancha civil sin pruebas claras y sin seguir procedimientos legales viola principios esenciales del derecho internacional, como la proporcionalidad y la necesidad. Incluso si se sospecha de narcotráfico, los estados deben seguir protocolos de interdicción marítima, que generalmente implican inspecciones y detenciones, no ataques directos.

2. Autoridad Legal en Estados Unidos: el presidente, como comandante en jefe, tiene autoridad para ordenar acciones militares, pero estas deben cumplir con la Constitución, las leyes federales (como la Ley de Poderes de Guerra) y las normas internacionales. Un ataque a una lancha civil sin pruebas contundentes, o sin una amenaza inminente (como autodefensa) se considera ilegal y requiere justificación ante el Congreso y los tribunales.

3. Pruebas y Proporcionalidad: el argumento de «narcotraficantes» no es suficiente por sí solo para justificar un ataque militar. Deben existir pruebas verificables de una amenaza grave, como tráfico de drogas a gran escala, o una amenaza directa a la seguridad nacional. Incluso en esos casos, el uso de la fuerza debe ser proporcional, y un misil es una respuesta extrema contra una lancha civil.





4. Consecuencias: un ataque de este tipo podría generar una crisis diplomática, sanciones internacionales y posibles acusaciones de crímenes de guerra si se demuestra que se atacó a civiles sin justificación. Además, podría ser cuestionado legalmente dentro de los EE.UU. por violar derechos humanos y leyes federales.

El presidente no tiene la autoridad para ordenar un ataque de este tipo sin pruebas claras, autorización legal y cumplimiento del derecho internacional. Cualquier acción de esta naturaleza exige un proceso de interdicción marítima, no un ataque directo.





– Violación del principio de libertad de navegación: según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), los buques civiles en aguas internacionales gozan de libertad de navegación. Un ataque militar directo contra una embarcación civil, sin evidencia pública de una amenaza inminente o sin seguir procedimientos de interdicción (como inspección o detención), podría considerarse una violación del derecho internacional.
– Falta de proporcionalidad y necesidad: el derecho internacional exige que cualquier uso de la fuerza sea proporcional y necesario. Atacar una lancha con un «ataque letal» (potencialmente con misiles o fuego aéreo) para abordar presunto narcotráfico, sin intentar primero interceptar o inspeccionar la embarcación, puede ser considerado desproporcionado. Expertos como Adam Isacson, citado en publicaciones de X, calificaron el ataque como un posible «crimen de guerra» por no cumplir con el principio de legítima defensa.
– Ausencia de pruebas públicas: EE.UU. no ha proporcionado detalles específicos sobre la naturaleza de las drogas, la cantidad, o cómo se determinó que los tripulantes eran miembros del “Tren de Aragua”. Esta falta de transparencia dificulta justificar el ataque bajo el derecho internacional, que exige pruebas incuestionables para acciones de esta magnitud.






– Designación de «narcoterroristas»: la designación del “Tren de Aragua” como organización terrorista por parte de EE.UU. en febrero de 2025 permite al gobierno justificar acciones militares bajo la Autorización para el Uso de la Fuerza Militar (AUMF) de 2001, pero esta autorización está destinada en esencia para combatir terrorismo global, no narcotráfico. Usarla para justificar un ataque contra una embarcación civil podría ser interpretado como un abuso de autoridad.


– Críticas internas: ex asesores de Seguridad Nacional como Juan S. González han señalado que el ataque es «legalmente cuestionable» tanto bajo el derecho estadounidense como el internacional, argumentando que no se siguieron procedimientos estándar de interdicción marítima, como los liderados por la Guardia Costera.




El ataque ha intensificado las tensiones con Venezuela, cuyo gobierno, liderado por Nicolás Maduro, denunció el incidente como un montaje y una agresión imperialista para justificar una intervención por el petróleo venezolano. Maduro acusó a Marco Rubio de manipular a Trump y afirmó que el video del ataque es falso (ya se demostró, por los familiares de los jóvenes lancheros, que sí ocurrió el hecho).




Países de la región, como Cuba y miembros de la CELAC, han rechazado la presencia militar estadounidense en el Caribe, considerándola una amenaza a la paz regional.



Por otro lado, aliados como Guyana y República Dominicana han mostrado cierto apoyo a las acciones antidrogas de EE.UU. Surgen voces del mundo entero condenando el ataque y su falta de cumplimiento de las normas elementales del derecho internacional y los derechos humanos. Por su parte, los BRICS no se hicieron esperar y condenaron de forma tajante cualquier intervención militar de los EEUU sobre Venezuela:






El despliegue de buques de guerra estadounidenses en el Caribe, incluyendo destructores y un submarino nuclear, sugiere una escalada militar que podría interpretarse como una demostración de fuerza más allá del combate al narcotráfico, posiblemente vinculada a intereses geopolíticos y energéticos.



– Ilegalidad potencial: basado en el derecho internacional, el ataque podría considerarse ilegal si no se siguieron protocolos de interdicción marítima, si no había una amenaza inminente que justificara el uso letal de la fuerza, o si la embarcación no fue debidamente identificada como una amenaza terrorista. Las críticas de expertos y exfuncionarios refuerzan esta perspectiva, señalando que el ataque no cumple con los estándares de proporcionalidad ni con los procedimientos habituales de la Guardia Costera para operaciones antidrogas.


– Falta de evidencia verificable: la ausencia de información detallada sobre la carga de la embarcación, la identidad de los tripulantes, o la metodología para determinar su vinculación con el “Tren de Aragua” debilita la justificación del ataque. La denuncia venezolana de que el video es un montaje de inteligencia artificial agrega más dudas sobre la legitimidad de la operación.


– Contexto político: el ataque ocurre en un momento de alta tensión entre EE.UU. y Venezuela, con acusaciones de Washington contra Maduro por liderar un supuesto «cartel de los Soles» y una recompensa de 50 millones de dólares por su captura. Esto sugiere que el ataque podría tener motivaciones geopolíticas más allá del combate al narcotráfico, como presionar al régimen venezolano o consolidar una narrativa interna en EE.UU. sobre la lucha contra el crimen. Esta sospecha es motivo para que decenas de países y organismos internacionales condenen las acciones. 


Analizar la legislación vigente y los precedentes legales relacionados con el uso de la fuerza en aguas internacionales contra embarcaciones civiles, específicamente en el contexto de operaciones antidrogas, requiere un examen exhaustivo del derecho internacional, el derecho marítimo, el derecho internacional humanitario y las leyes nacionales de EE.UU. A continuación, se presenta un resumen de las normativas aplicables y los precedentes legales relevantes, con énfasis en el incidente del 2 de septiembre de 2025 en el mar Caribe, donde EE.UU. atacó una lancha civil bajo el argumento de narcotráfico.




– Artículo 87: establece la libertad de navegación en alta mar, aplicable a todos los estados, garantizando que los buques civiles pueden navegar sin interferencias injustificadas. Cualquier acción contra una embarcación debe justificarse bajo principios de necesidad y proporcionalidad.
– Artículo 88: los mares deben usarse con fines pacíficos, lo que implica que el uso de la fuerza debe ser excepcional y estar justificado.
– Artículo 110 (Derecho de visita): permite a buques de guerra de un estado realizar inspecciones en alta mar si hay sospecha razonable de actividades ilegales, como tráfico de drogas. No obstante, el procedimiento estándar es la interdicción (abordaje e inspección), no el uso inmediato de fuerza letal. El uso de la fuerza debe ser proporcional y solo en casos de resistencia activa o amenaza inminente.
– Artículo 111 (Persecución en caliente): autoriza a un estado a perseguir un buque sospechoso desde su zona económica exclusiva (ZEE) hasta alta mar, pero solo si se inicia en aguas bajo su jurisdicción y se siguen procedimientos legales.
– Artículo 301: prohíbe la amenaza o el uso de la fuerza contra la soberanía, integridad territorial o independencia política de cualquier estado, en línea con la Carta de la ONU. El ataque del 2 de septiembre de 2025, ocurrió en aguas internacionales sin intento de interdicción previa y viola los principios de libertad de navegación y proporcionalidad de UNCLOS. La falta de evidencia pública sobre la amenaza inmediata, o la confirmación de actividades narcoterroristas agrava la ilegalidad.


– Artículo 2(4): prohíbe la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier estado, salvo en casos de legítima defensa. (Artículo 51) o autorización del Consejo de Seguridad.

– Artículo 51: permite el uso de la fuerza en legítima defensa si hay un ataque armado o una amenaza inminente. En el caso de la lancha, EE.UU. tendría que demostrar que la embarcación representaba una amenaza directa a su seguridad nacional, lo cual no ha sido respaldado con pruebas públicas. El argumento de EE.UU. de que la lancha pertenecía al “Tren de Aragua”, designado como organización narcoterrorista, podría intentar justificarse bajo el Artículo 51, pero la falta de transparencia sobre la amenaza inmediata y el uso de fuerza letal sin interdicción previa debilitan esta justificación.


– Convenios de Ginebra (1949) y protocolos adicionales: aunque el DIH se aplica principalmente en conflictos armados, sus principios de distinción, proporcionalidad y necesidad son relevantes para operaciones militares contra civiles sospechosos de actividades ilegales. Atacar una embarcación civil sin confirmar su naturaleza (por ejemplo, si había civiles no combatientes a bordo) podría violar el principio de distinción.

Si la lancha llevaba civiles no involucrados en actividades criminales, el ataque sería una violación del DIH. La falta de información sobre la identificación de los tripulantes como combatientes o narcoterroristas plantea dudas legales.


– Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas (1988): establece la cooperación internacional para combatir el narcotráfico, incluyendo en alta mar. El Artículo 17 permite a los estados interceptar buques sospechosos de narcotráfico en aguas internacionales, pero requiere notificación al estado de bandera del buque y procedimientos no letales, como abordaje e inspección, antes de recurrir a la fuerza. EE.UU. no ha proporcionado evidencia de que notificara al estado de bandera (se presume Venezuela, pero no tenía bandera, lo que le hace aún más complejo), ni de que intentara una interdicción no letal antes del ataque, lo que contraviene esta convención.

Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar (SOLAS) y otros tratados de la Organización Marítima Internacional (OMI):
estos tratados, gestionados por la OMI, regulan la seguridad marítima y prohíben acciones que pongan en riesgo la vida humana en el mar. El ataque a una lancha civil sin intentar un rescate o interdicción previa viola estas normas.







1. Operaciones Antidrogas en Alta Mar

Caso de la Operación Just Cause (1989, Panamá): EE.UU. justificó la invasión de Panamá, en parte, por el narcotráfico de Manuel Noriega. Aunque no fue una operación en alta mar, estableció un precedente para usar la seguridad nacional como justificación para acciones militares contra el narcotráfico. Sin embargo, este caso ocurrió en territorio soberano, no en aguas internacionales, y fue muy criticado por violar el derecho internacional.




Incidente del USS Vincennes (1988): el USS Vincennes derribó un avión civil iraní (Irán Air Flight 655) en aguas internacionales, confundido con una amenaza militar. EE.UU. pagó compensaciones, pero el incidente fue considerado una violación del derecho internacional por la falta de proporcionalidad y verificación. Este precedente sugiere que el ataque a la lancha, sin evidencia clara de amenaza, podría ser similar y cuestionado.

Operaciones contra la piratería en Somalia (2000s-2010s): bajo UNCLOS, los estados tienen jurisdicción universal para perseguir piratas en alta mar. Sin embargo, estas operaciones suelen involucrar interdicciones no letales, y el uso de la fuerza letal está estrictamente regulado. El narcotráfico no otorga la misma jurisdicción universal, lo que limita la aplicabilidad de este precedente.

Gracias.

En Caracas, a los cuatro días del mes de septiembre de 2025.













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8 respuestas a “¿Por qué no todo es válido en la lucha contra la droga y en la lucha para liberar a Venezuela?”

  1. […] Maduro, and a Society Learning to Become Adult ¿Por qué no todo es válido en la lucha contra la droga y en la lucha para liberar a Venezuel… Un destino hecho de humo El espejismo del quiebre: Venezuela frente al abismo que no […]

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  2. […] que se plantea hoy no tiene nada que ver con la estrategia policial diseñada en 2015. ver: https://energizandoideas.com/2025/09/05/por-que-no-todo-es-valido-en-la-lucha-contra-la-droga-y-en-l… […]

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  3. […] ¿Por qué no todo es válido en la lucha contra la droga y en la lucha para liberar a Venezuel… […]

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  4. Avatar de Violeta
    Violeta

    Dr. todo se sigue haciendo mal, el presidente legítimo nunca ha dado declaraciones desde que salió del país, EEUU y Trump en su actual mandato tiene más tintes narcisistas y de supremacía contra el mundo de lo que se esperaba, si esto se sale de control me temo que el gobierno no durará en atacar ciudades y matar civiles para luego victimizarse y echarle la culpa a USA, la posición de la ciudadanía sigue siendo de indefensión contra ambas amenazas, Dios nos ampare.

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  5. […] Otro tema que me da pavor: la historia de la lancha que se volaron como si fuera un juego de video. ¿Por qué no todo es válido en la lucha contra la droga y en la lucha para liberar a Venezuel… […]

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  6. Avatar de scarletthuguett
    scarletthuguett

    Mi bello Doc, por eso lo admiro y lo respeto, excelente explicación, lo aplaudo de pie mi Doc.!!!

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  7. Avatar de Gladarella
    Gladarella

    Gracias por demostrar con excelencia que se puede contemplar dos posiciones muy firmes que no se contradicen: “el narcorégimen es deleznable”, “Trump cruza una línea que se llama abuso de poder.”

    El fin (combatir el narcotráfico) no justifica los medios (matar con impunidad).

    Si alguien objeta que estas normativas legales que citas son “kafkianas” porque dificultan acciones contra el narcorégimen, cabe preguntar: ¿qué se gana con medidas represivas y “ejemplarizantes” que buscan generar un efecto disuasorio y mostrar quién es el más fuerte?

    Yo solo espero que esta acción no escale como lo planteas sino que quede como bravado mediático de Trump.

    Gracias por ofrecer todos los basamentos legales que nos recuerdan:

    Toda acción militar debe evaluarse conforme al derecho internacional, considerando la proporcionalidad, la evidencia y el contexto.

    Antes de justificar ataques —especialmente los letales— deben presentarse pruebas claras y verificables.

    Quisiera agregar una reflexión adicional: ¿esa acción puede entenderse como defensa de los venezolanos o es más bien, un acto de deshumanización: “Como la embarcación venía de un narcorégimen, sus tripulantes eran enemigos “liquidables” y punto, porque lo digo yo y porque me da la gana”?

    Este tipo de razonamiento elimina la individualidad de las personas y justifica ataques sin pruebas concretas sobre la amenaza que representan. Se trata de una forma de culpabilidad por asociación, que abre la puerta a graves violaciones de derechos humanos. Encaja con el trato que están recibiendo muchos inmigrantes venezolanos en Estados Unidos, considerados presuntamente culpables de pertenecer al Tren de Aragua, sin distinciones, ni debido proceso.

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  8. Avatar de Daniela
    Daniela

    Todo eso que has escrito suena muy bien argumentado, pero yo aquí pensando, si dejan pasar a uno, no crees que la estrategia para inundar de drogas a otros países sea el utilizar a gente desesperada, ignorante o amenazada para realizar esas rutas en ese tipo de peñeros? Yo creo que el mensaje llegó y sí, probablemente todos los que murieron sean inocentes pero sabían muy probablemente a lo que se exponían.

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